El gasto militar en Suecia regresa a niveles propios de la Guerra Fría. El Gobierno sueco ha presentado este martes un plan de rearme con el que elevará la inversión en defensa hasta el 3,5% del PIB en 2030. El país escandinavo, que hace un año puso fin a más de dos siglos de neutralidad con su ingreso en la OTAN, pedirá préstamos por 300.000 millones de coronas suecas (27.700 millones de euros) para financiar el refuerzo de su ejército y las compras de armamento. El aumento del gasto militar responde al incremento de la tensión con Rusia y al temor, alimentado por las amenazas del presidente Donald Trump, de que Estados Unidos se desentienda de sus compromisos en materia de defensa con sus aliados europeos.El país nórdico, que redujo paulatinamente su inversión en defensa desde mediados de los años sesenta, y drásticamente desde el colapso de la Unión Soviética —hasta el 1% del PIB en 2018—, ya la había duplicado en los últimos cuatro años y el Gobierno había proyectado elevarla hasta el 2,8% en 2028. Ahora, sin embargo, ha llegado a la conclusión de que debe gastar más y más rápido. El plan de rearme incluye compras de armamento en los próximos meses por valor de 2.300 millones de euros que serán entregadas en los siguientes tres años. Entre el material que adquirirán las Fuerzas Armadas de Suecia destacan sistemas de defensa antiaérea, piezas de artillería, drones y mucha munición.Este lunes, apenas un día antes de la presentación del plan de rearme, el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, había reclamado en una rueda de prensa en Estocolmo que en la próxima cumbre de la Alianza Atlántica, que se celebrará a finales de junio en La Haya, los aliados deberían establecer un nuevo objetivo mínimo de gasto en defensa por encima del 3% del PIB. “Estamos presionando para que sea lo suficientemente alto como para aumentar significativamente la capacidad de los países europeos de la OTAN para defenderse. Podría fijarse en el 3,5%, con un 1,5% adicional para otros aspectos relacionados con la defensa civil y el apoyo militar a Ucrania”, sugirió el mandatario conservador, antes de agregar: “Ya no se puede asumir ni dar por sentado que Estados Unidos seguirá actuando en Europa como lo ha hecho en los últimos 80 años”.El objetivo mínimo de gasto de los miembros de la OTAN es actualmente del 2% del PIB. El año pasado, 23 de los 32 aliados lo sobrepasaron, frente a los solo tres (Estados Unidos, Reino Unido y Grecia) que cumplían con él cuando se fijó en 2014. Algunos países fronterizos con Rusia, como Polonia, Estonia y Lituania, prevén elevarlo el año que viene hasta el 5% —la cifra que ha reclamado Trump a sus aliados europeos en más de una ocasión—.El Gobierno sueco también ha anunciado que reforzará las capacidades de la Guardia Costera para hacer frente a “las amenazas híbridas” en el mar Báltico, además de la creación de dos brigadas mecanizadas que tendrán sus bases en la zona más septentrional del país, al norte del círculo polar ártico.El plan de rearme que se ha presentado este martes en el Parlamento sueco, y que se votará el próximo 30 de junio, ha sido acordado por el Gobierno tripartito —de conservadores, democristianos y liberales— y el partido ultraderechista Demócratas de Suecia, que sostiene al Ejecutivo con su apoyo parlamentario. La inversión multimillonaria, que llega en un momento de estancamiento de la economía del país nórdico, se financiará a través de préstamos valorados en 27.700 millones de euros durante el próximo decenio. El Ejecutivo sueco aprobó el año pasado, con el apoyo de los socialdemócratas, la primera fuerza política del país, relajar las reglas fiscales para facilitar el rearme, tal y como ha aprobado recientemente Alemania.La deuda pública del país escandinavo se sitúa en torno al 31% del PIB, en comparación con un promedio del 88% en toda la UE. “Suecia está en una posición más fuerte que la mayoría de los otros países y tenemos una mayor capacidad de respuesta ante los acontecimientos”, ha resaltado este martes Elisabeth Svantesson, la ministra de Finanzas.Junto al incremento del gasto en defensa, el Gobierno sueco ha presentado este martes el llamado presupuesto de primavera —que tradicionalmente no contiene grandes iniciativas políticas, sino ajustes menores—, que incluye una desgravación fiscal para la renovación de viviendas y una inyección de dinero para escuelas, prisiones y el mantenimiento de carreteras.

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