La Sala Penal tiene para este año a uno de sus integrantes a la cabeza del Tribunal Superior de Bogotá. El magistrado Julián Rodríguez, quien lleva más de 20 años en la Rama, llegó hace un par de meses a ejercer el cargo de presidente en la corporación que cuenta con 97 togados en distintas índoles, quienes se encargan de resolver polémicos procesos de carácter nacional.En diálogo con EL TIEMPO, el presidente hace un diagnóstico de cómo cerró 2023 para ellos en cuanto al número de procesos. Habla del complejo judicial que está previsto construirse al lado del Tribunal y se refiere a los cuestionamientos que desde el poder Ejecutivo y los medios de comunicación se han hecho contra jueces que imparten decisiones muchas veces criticadas. Según Rodríguez, ese tipo de comentarios, cuando se lanzan sin un análisis profundo, hacen ruido a la administración de justicia y a su independencia.Presidente, ¿cuál es su hoja de vida en la Rama Judicial?Soy juez desde recién egresado de la universidad, estuve en los juzgados de Barrancabermeja, de San José de Miranda y Bucaramanga. Y salté como juez civil a un concurso de la Procuraduría, donde me nombraron procurador penal judicial. Trabajé con Jaime Bernal Cuéllar y Edgardo Maya. En 2002 me nombraron magistrado del Tribunal de Bucaramanga, fui presidente de su Sala Penal y de la corporación. He sido facilitador de la Escuela Rodrigo Lara Bonilla, y llegué a Bogotá porque pedí traslado el 9 de noviembre de 2018, porque mi esposa trabajaba de magistrada auxiliar de la Corte Suprema, y mi hijo quería estudiar Derecho. Soy profesor de la Universidad Santa Tomás desde 2001.Fachada Tribunal Superior de Cundinamarca. Foto:Archico EL TIEMPO¿Cómo encontró la presidencia del Tribunal, con qué necesidades?Ser presidente de una corporación es un honor y servicio que uno le presta a la administración de justicia porque uno está representando a todos los magistrados. En Bogotá somos 88 magistrados de Sala Plena, más seis de Justicia y Paz que si bien es cierto son de este Tribunal, no pertenecen a la Sala. Fuera de eso hay tres magistrados provisionales de familia, que no pertenecen por ahora a Sala Plena. Es un Tribunal que tiene 97 magistrados, eso es como el Congreso de la República. Representarlos es algo delicado pero que se hace con los consensos necesarios.¿Y a nivel de cifras qué tantos procesos maneja la corporación a nivel histórico?El distrito de Bogotá recibió para 2023 una cantidad de 524.884 procesos de todas las índoles. En civil, por ejemplo, Bogotá tuvo el 31,95 por ciento de los procesos del país; en laboral el 26,89 por ciento; en familia el 22,18; en penal el 16,48, se recibieron 92.798. Esto es solo el Tribunal porque hay casos que no suben a la corporación.El magistrado Julián Rodríguez, presidente del Tribunal de Bogotá. Foto:Sergio Acero Yate / El Tiempo.¿En cuanto a las tutelas, cómo están?Es muy complicado porque frente a todo lo que está pasando en el país, la acción de tutela se ha vuelto un mecanismo idóneo y eficaz para proteger los derechos fundamentales de todas las personas. La cantidad de procesos a los que hicimos referencia son muy grantes, estamos haciendo un esfuerzo para evacuar esa cantidad de trabajo, necesitamos más personal pero esa no es la única solución.¿Entonces, magistrado?Necesitamos también soluciones procesales, hay un proyecto cursando en el Congreso sobre el Código de Procedimiento Penal, se acabó de presentar un nuevo Código de Infantes y Adolescentes, que me parece muy importante porque hace énfasis en la justicia terapéutica y restaurativa. El Consejo Superior de la Judicatura ha hecho una buena labor, pero estamos con un presupuesto insuficiente para todas las necesidades.El distrito de Bogotá recibió para 2023 una cantidad de 524.884 procesos de todas las índoles. Foto:Cortesía¿Qué otros frentes no les favorecen?Tenemos problemas de hacinamiento carcelario, los que se tienen en las estaciones de Policía. Si bien es cierto que es un estado de inconstitucionalidad, se están haciendo todos los esfuerzos. La Sala Laboral tiene problemas de producción, la Civil pues ahí están las cifras, estamos sobrecargados. Mire las estadísticas, es el Tribunal más grande del país y el que tiene más competencia porque los de la Sala Penal hacemos audiencias unipersonales como jueces de garantías para aforados. En Civil tienen competencia en segunda instancia para casos de superintendencias, las cuales no tienen otros tribunales. Tuvimos un diálogo con el alcalde para volver a tocar estos temas.Para alivianar la situación, se construirá un nuevo complejo para el Tribunal y juzgados, ¿no?Se recibió un lote que queda al frente, donde van a hacer la ciudadela judicial. Estábamos detrás de él, el Consejo Superior después de muchas gestiones lo logró. Se demorará un tiempo, el problema es presupuestal, pero por ahora el lote está. Lo que se quiere es centralizar todos los juzgados de la ciudad, pero desconozco el número de oficinas. Es una necesidad sentida no solo de nosotros, sino de todos los ciudadanos.El magistrado habló del complejo judicial que está previsto construirse al lado del Tribunal Foto:Sergio Acero Yate / El Tiempo.Presidente, ha visto casos en los que critican a los jueces como los de la banda ‘los Rolex’, ¿qué reflexión le deja como máxima cabeza del tribunal bogotano?Independiente de cada caso, necesariamente en todo proceso, ya sea penal, civil, laboral o de familia, lo que se busca es la verdad procesal, y si las partes están inconformes con alguna decisión, precisamente la ley establece las formas para corregir esa situación. Está bien que los medios de comunicación transmitan lo sucedido, pero no pueden tomar cuestiones aisladamente consideradas de los elementos probatorios de cada proceso. Es un error mediatizar y polarizar el país con las decisiones de los jueces, porque eso hace mucho ruido y hace daño para la imparcialidad. Me parece innecesario polemizar sobre esas decisiones.Y hablando a nivel general, para no entrar en casos, ¿cree que cuando la Alcaldía o el Gobierno Nacional se pronuncian, trastocan la independencia judicial?Pues hace un ruido innecesario y realmente pone unas presiones extras dentro del juzgador, pero de todos modos el criterio de cada juez es aislado. La justicia es como un cristal, donde se toma lo sucedido independiente de circunstancias de raza, credo, religión, sexo. Son los hechos los que están frente a lo que se prueba y los conceptos jurídicos que se tienen. La justicia es un baluarte del sistema político.¿Qué quiere dejar en la presidencia del Tribunal?Estamos trabajando en fortalecer la presencia de los jueces en las casas de Justicia, porque al ciudadano le importa que el juez esté en las distintas localidades. Segundo, tratar de relanzar la revista del Tribunal. Curiosamente, la ciudadanía no tiene una buena imagen de nosotros administrando justicia desde el punto de vista ordinario, pero cuando somos jueces constitucionales somos la salvación y tenemos una imagen favorable. Yo digo: somos las mismas personas. En todo proceso, usted parte de la base de que tiene a la mitad en contra, pero tengan la seguridad de que los magistrados estamos dando lo mejor de nuestra capacidad, más de lo que humanamente se puede, pero es por el bien de Colombia.Redacción [email protected]ás noticias de Justicia:

Shares: