En Leganés, un municipio madrileño con 190.000 habitantes, una apuesta a todo o nada que tiene algo de ruleta rusa, pero con balas de fogueo: este miércoles, Miguel Ángel Recuenco, el alcalde de la localidad, del PP, ha anunciado que se someterá el próximo lunes a una moción de confianza asociada a la aprobación de los Presupuestos municipales. Su decisión es un reto a Vox, el único socio potencial del gobierno formado por los conservadores y un partido local (ULEG). Porque si Recuenco pierde esa votación, como está previsto, el partido de extrema derecha tendrá un mes para decidir si se alía con PSOE, Más Madrid y Podemos para presentar un candidato alternativo. Imposible, piensan en el PP. “En la cuestión de confianza, votaremos en contra. Luego, él tendrá el miedo que tenga, pero no vamos a hacer alcalde al portavoz del PSOE”, confirma Beatriz Tejero, la Meloni Pepinera, como se conoce a la líder local de Vox. Y así, es tan cierto que la partida se juega con cartas marcadas, como que refleja el estado de máxima tensión política en una de las ciudades más pobladas de la Comunidad.Más informaciónHubo un día de la primavera de 2023 en el que la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, se presentó en Leganés como copiloto de un pequeño coche escarabajo conducido por Recuenco. Aquella estampa, tan típica de la política municipal, pues el vehículo iba al trantrán y los vecinos de la pequeña calle que recorrieron podían casi tocar a la sonriente lideresa, y a la mano cargada de pulseras que colgaba de la ventanilla, fue el espaldarazo electoral que necesitaba Recuenco en un esprint final agónico.Así, su victoria fue tan ajustada como insuficiente. Necesitó a ULEG para gobernar, y a Vox para tener estabilidad. Ocurre que esos dos partidos son incompatibles. En consecuencia, el gobierno nació falto de un fuelle que buscó entre bambalinas, en secreto, a espaldas de los focos.Sin que nadie lo supiera, el PP firmó un pacto con Vox para la legislatura. En paralelo, y también a escondidas, ULEG dijo haber firmado otro con un partido de izquierdas cuando se conoció el acuerdo rubricado por las derechas. Y así se llega hasta ahora. Sin presupuestos. Sin acuerdos. Y con una moción de confianza que pone todo y nada en juego.“Muy buenas, vecinos”, ha explicado este miércoles el alcalde de la localidad en un vídeo publicado en X, antiguo Twitter. “Os quiero informar de una decisión importante que he tomado para el desarrollo y futuro de esta ciudad. En diciembre, la junta de gobierno aprobó un Presupuesto de 212 millones para mejorar Leganés”, ha añadido. “Durante dos meses, nos han estado bloqueando la aprobación de esos presupuestos. Y la única manera legal de poder sacarlos adelante es someterme a una cuestión de confianza”, ha recordado. “Esa decisión la he tomado hoy [por este miércoles]. Por encima del Gobierno de la ciudad, por encima de la figura del alcalde de Leganés, están los vecinos y las necesidades que ellos tienen”.La presidenta regional y candidata del PP a la reelección, Isabel Díaz Ayuso (i), junto al candidato a alcalde de Leganés, Miguel Ángel Recuenco (d), durante un acto de campaña del Partido Popular en Leganés, en 2023.SERGIO PEREZ (EFE)El artículo 197 bis 5 de la Ley Orgánica 5/1985, del Régimen Electoral General, recoge que el alcalde podrá plantear al Pleno una cuestión de confianza vinculada, entre otros asuntos, a los Presupuestos. “En este caso se entenderá otorgada la confianza y aprobado el proyecto si en el plazo de un mes desde que se votara el rechazo de la cuestión de confianza no se presenta una moción de censura con candidato alternativo a Alcalde, o si esta no prospera”, se lee en la norma.En la moción diseñada para sacar adelante los Presupuestos se rebaja la necesidad de la mayoría absoluta del pleno a la mayoría simple (tener más votos a favor que en contra). Eso permitiría aprobar las cuentas con los votos favorables del PP y ULEG, más la abstención de los dos concejales de Vox o de dos concejales de cualquier otro grupo municipal. Como la extrema derecha piensa votar en contra —y salvo abstenciones sorprendentes de PSOE, Más Madrid o Podemos—, echará a correr un plazo de un mes, tras el cual las cuentas serán aprobadas si la oposición no arma una moción de censura. Algo que rechaza Vox, por lo que Recuenco cuenta con sacar adelante su proyecto aprovechando la división de la oposición, y su incapacidad para ponerse de acuerdo en un candidato alternativo que llegue al poder.“Me parece absurdo haber llegado a la moción”, lamenta ante esa evidencia Tejero, la portavoz de Vox. “No les hemos aprobado los Presupuestos porque no los han negociado con nosotros. En la cuestión de confianza, votaremos en contra”, avanza. “El alcalde sabe que va a perder la moción de confianza, pero es la única vía que tiene para aprobar los Presupuestos. Apuesta por esto sabiendo que no va a salir adelante una moción de censura. Pero si no tienes capacidad de llegar a acuerdos con ninguno…”Ocurre en Leganés. Este es un municipio bisagra, como demuestra que en lo que va de siglo XXI haya tenido tres alcaldes socialistas y tres alcaldes populares. Y por eso Recuenco juega fuerte: necesita dejar su sello para tener opciones de repetir en las elecciones que se celebrarán en 2027.

Shares: