La Unión Europea ha respaldado de forma casi unánime —Hungría, como era previsible, se ha desmarcado— a Ucrania en sus esfuerzos por lograr una paz justa y duradera. Salvo Viktor Orbán, quien pese a todo ha estado sentado en la mesa durante las discusiones, todos los demás líderes europeos subrayan en una declaración conjunta su apoyo “sin fisuras” a Ucrania, tanto en lo militar como en lo político y lo financiero, y reclaman a Moscú que muestre su “voluntad política real” de poner fin a la guerra, una intención que muchos europeos dudan que sea sincera en Vladímir Putin.En plenas maniobras para lograr una tregua de cara a un futuro acuerdo de paz, los líderes europeos han saludado los esfuerzos liderados por Estados Unidos para acordar algún tipo de alto el fuego y las conversaciones en este sentido mantenidas en los últimos días por el presidente estadounidense, Donald Trump, con Putin y el líder ucranio, Volodímir Zelenski, quien les ha dado por videoconferencia detalles de los intercambios.Con la aprobación de ese documento, la cumbre da por concluida la parte del apoyo a Ucrania. Queda para esta tarde la discusión del plan de rearme europeo, clave de esta cita de jefes de Estado y de Gobierno.Para Europa, las discusiones mantenidas hasta el momento entre Estados Unidos y Rusia sobre Ucrania no constituyen aún negociaciones verdaderas, en las que Europa sigue reclamando algún tipo de influencia. “España tiene que estar en la mesa de negociaciones”, ha reclamado el español Pedro Sánchez a su llegada a la cumbre en Bruselas. La cuestión es cómo. La idea lanzada originalmente por el presidente del Consejo Europeo, António Costa, —y retomada por Finlandia— de nombrar a un representante europeo que pueda sentarse a la futura mesa de negociaciones ha sido discutida y apoyada por algunos mandatarios, como Sánchez, pero no acaba de cuajar. Bastantes países consideran que hay demasiadas dudas al respecto, dado que también hay países extracomunitarios, especialmente Reino Unido, que han tenido un papel clave en los acontecimientos acelerados de las últimas semanas y que deberían eventualmente ser tenidos en cuenta. Tampoco está claro que Trump, incluso si hubiera un representante designado, vaya a invitarlo a sentarse en esa mesa.En vista de que por ahora tampoco hay una negociación en firme, el consenso final ha sido abogar por una vía pragmática y analizar cómo la UE, esté representada por una persona concreta o no, podrá influir en esas futuras discusiones de paz, aprovechando sobre todo los canales de que dispone, como la capacidad que ha demostrado el presidente francés, Emmanuel Macron, de ser escuchado en Washington.El primer ministro eslovaco, Roberto Fico (a la izquierda), y el húngaro, Viktor Orbán, este jueves en Bruselas.Associated Press/LaPresse (APN)En la declaración final, los 26 líderes europeos se limitan a subrayar que “la UE y sus Estados miembros contribuirán al proceso de paz y a asegurar una paz justa y duradera con Ucrania, algo que va en interés tanto de Ucrania como de Europa” y reiteran la necesidad de que un acuerdo de paz conlleve “garantías de seguridad robustas y creíbles para disuadir futuras agresiones rusas”. En este sentido, manifiestan además su disposición a “aumentar la presión” sobre Rusia, entre otros con un nuevo paquete de sanciones, el decimoséptimo, que no obstante podría volver a ser frenado por Budapest.Los 26 también aseguran que la UE “seguirá proporcionando apoyo financiero predecible y regular” y se comprometen a mantener también el apoyo militar, aunque no entran en detalles.La jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, había reclamado a su llegada a la cita que los líderes actúen rápido y aprueben una partida de 5.000 millones de euros para entregar hasta dos millones de municiones de forma urgente a Ucrania. En su alocución a los líderes europeos, Zelenski también ha pedido específicamente esa partida: “Necesitamos fondos para proyectiles de artillería y agradeceríamos el apoyo de Europa con al menos 5.000 millones de euros lo antes posible”, ha dicho en una breve comparecencia desde Noruega.“Deberíamos empezar a tener no solo palabras, sino también acciones”, reclamó al respecto Kallas, que defendió: “Cuanto más fuerte sea Ucrania en el campo de batalla, más fuerte será en la mesa de negociaciones”. Pese a que es una aseveración con la que coinciden prácticamente todos —de nuevo, probablemente con la excepción de Orbán—, en la declaración final no se hace mención específica alguna a este plan. El texto se limita a llamar a los Estados miembros a “incrementar urgentemente los esfuerzos para responder a las necesidades apremiantes en defensa y militares de Ucrania”.Tampoco hay consenso en fijar ya, como reclaman algunas voces, una fecha de ingreso de Ucrania en la UE, una idea que rechaza de plano Moscú. El presidente lituano, Gitanas Nausedas, llegó a Bruselas incluso con una propuesta de fecha concreta, el 1 de enero de 2030, aunque otros líderes consideran contraproducente comprometerse con un plazo tan cerrado.

Los Veintisiete reafirman su apoyo “inquebrantable” a la integridad territorial de Ucrania y buscan influir en el proceso de paz | Internacional
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